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LA MIRADA DE ORLANDO


-Shel, eres una mujer -dijo ella, -Orlando, eres un hombre -dijo él.
Orlando, Virginia Woolf

       Virginia Woolf escribiría Orlando durante unas vacaciones de escritora, como las llamó ella. Era el año 1928 y Woolf publicaba su sexta novela, una biografía, a modo de sátira, sobre Orlando, un escritor aristócrata y alter ego de Vita Sackville-West, pareja de Woolf. La novela es un éxodo poético que rompe con las barreras del tiempo y del género: Orlando no envejece, perdura en el tiempo, durante 400 años, pero sobre todo, Orlando es una persona, una que sigue siendo la misma sea mujer u hombre. En la obra, Woolf señala el machismo que envuelve al mundo literario: lo tortuoso de escribir siendo mujer, Woolf lo ilustra a través de las dificultades que debe enfrentar tras pasar de escritor a escritora. Irónicamente, será como escritora cuando alcanza la madurez suficiente para llevar a cabo el libro. Al mismo tiempo, Woolf desdibuja la diferencia entre hombres y mujeres, Orlando, en sus propias palabras “fue varón hasta los treinta años; entonces se volvió mujer y ha seguido siéndolo”. De este modo, aceptando la invitación de Woolf: “que otras plumas traten del sexo y de la sexualidad”, querría llevar a cabo un análisis crítico del discurso reflexionando en torno a la autoría, la que, en esta obra, se mueve del hombre a la mujer, la que, subversivamente, no transmuta en Orlando


        La sociedad patriarcal (o El Espíritu de la época) se apoya en la contribución que hace el arte y, a su vez, se han construido desde la mirada masculina. Hemos aprendido cómo son las mujeres y los hombres a través de los medios de comunicación surgidos de la mirada masculina. Por ello, cuando nos referimos al punto de vista de la mujer, hablamos de la necesidad de fijarnos y estudiar cómo las mujeres, escritoras en este caso, han entendido el mundo. Por lo tanto, la cuestión que sigue es, ¿a qué nos referimos con el punto de vista de la mujer, ¿existe?, y si existe, ¿cómo es este, ¿cuál es la diferencia entre femenino y mujer?, ¿qué ha pasado con el punto de vista de las mujeres? De esta forma, para establecer el punto de vista de la mujer deberíamos comenzar por diferenciarlo del punto de vista femenino. Esta conceptualización sobre si existen ambos, son lo mismo o son distintos es un debate feminista extenso. Toril Moi plantea este juego a través de las palabras female (supuestamente natural) y femenine (constructo social); Julia Kristeva lo hace con las palabras mujeres (lo construido socialmente) y mujer (lo no construido socialmente); Teresa de Lauretis formula la diferencia entre La Mujer (falsa representación de las mujeres) y las mujeres (identidad de las mujeres) y Judith Butler lo hará, y es este el término más generalizado, como sexo (hembra/naturaleza) y género (mujer/cultura). Woolf también lleva a cabo esta diferencia:


     Orlando se había transformado en una mujer —inútil negarlo. Pero, en todo lo demás, Orlando era el mismo. El cambio de sexo modificaba su porvenir, no su identidad. Su cara, como lo pueden demostrar sus retratos, era la misma. Su memoria podía remontar sin obstáculos el curso de su vida pasada. Alguna leve vaguedad puede haber habido, como si algunas gotas oscuras enturbiaran el claro estanque de la memoria; algunos hechos estaban un poco desdibujados: eso era todo. El cambio se había operado sin dolor y minuciosamente y de manera tan perfecta que la misma Orlando no se extrañó.


      Por un lado, el punto de vista femenino hace referencia a una mirada estereotipada de las mujeres, a la construcción del género, exactamente. Por lo tanto, este punto de vista femenino solo se entiende en contraposición con lo masculino y en beneficio de los varones, puesto que, “lo femenino, como diría Mary Wollstonecraft, ha resultado ser un fantasma”, y que Woolf ironiza a través de tres figuras: Nuestra Señora de la Pureza, Nuestra Señora de la Castidad y Nuestra Señora de la Modestia. Por otro lado, el punto de vista de la mujer, hace referencia a la mirada natural de la mujer, a lo que Butler llama hembra y el punto de vista que Woolf plantea a través de Orlando, el punto de vista cuya existencia no es patriarcal. 


      Sin embargo, la existencia de este punto de vista es ambigua. Ciertamente, la mujer no es un sujeto único, sino que se compone de un conjunto de mujeres heterogéneo, por lo tanto, hablar de un punto de vista común a todas las mujeres es complicado, si no desacertado. Ahora bien, sí ha existido un punto de vista de la mujer histórico que parte de la propia negación de ese punto de vista. La historia del punto de vista de la mujer, es la historia de la invisibilización de ese punto de vista. A este respecto, el punto de vista de Orlando (como mujer) ha sido un punto de vista históricamente desdibujado, que pertenece a un grupo de puntos de vista negados, el de las mujeres. Asimismo, muchas mujeres han sufrido una negación interseccional de su punto de vista, una imposibilidad comunicativa de las subalternas. No obstante, conceptualizar la idea de mujer como grupo de mujeres, supone una toma de conciencia histórica necesaria para la deconstrucción patriarcal, es “el punto de vista de la centralidad de las mujeres”.


       Woolf, de este modo, como lo haría Alice Guy en Les Resultats du féminisme, ironiza las construcciones de género y las supuestas incapacidades o características de inferioridad que les son impuestas a las mujeres. Orlando, tras despertar como mujer, debe afrontar nuevos problemas, pero sus capacidades, siguen siendo las mismas, sigue siendo la misma persona y este cambio, esta transformación, así como la que se da en Les Resultats du féminisme, supone una ironía poética, una muestra de que aquello que plantea el patriarcado, el Espíritu de la época, la mirada del escritor o Las Tres Figuras, no es más que fantasía y entiéndase por fantasía algo ilusorio, construido, ficticio en términos naturales, pero tristemente palpable en términos prácticos, materiales. 

 

 

 

 


Bibliografía
Butler, Judith. El género en disputa. Barcelona: Paidós, 2007. 
Chakravorty Spivak, Gayatri. “¿Puede hablar la subalterna?”. Asparkía. Investigació Feminista, no.13 (2002).
Cruzado Rodríguez, María de los Ángeles. “Mujeres y cine. Discurso patriarcal y discurso feminista, de los textos a las pantallas”. Tesis doctoral, Universidad de Sevilla, 2009.
de Lauretis, Teresa. "La tecnología del género". En Technologies of Gender: Essays on Theory, Film, and Fiction, editado por Teresa de Lauretis. London: Macmillan Press, 1989.
de Miguel, Ana. Neoliberalismo sexual, el mito de la libre elección. Madrid: Ediciones Cátedra, 2019. 
Guy, Alice. Resultats du féminisme. 1906. 
Lerner, Gerda. La creación del patriarcado. Iruñea-Pamplona: Katakrak Liburuak, 2018.
Moi, Toril. Teoría literaria feminista. Madrid: Cátedra, 1988. 
Woolf, Virginia. Orlando. Free editorial. 

 

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